SEMANA SANTA 2013


Domingo de Ramos

Inicia la Semana Santa. El Domingo de Ramos es una síntesis de todo lo que va a suceder en la Semana Mayor. Recordamos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, la capital de Israel, el lugar más importante para el pueblo elegido. 
La Semana Santa comienza y termina con alegría. Esto es porque sabemos que, pasando por el dolor de la cruz Jesús triunfo sobre el mal y la muerte.

Los ramos y las palmas

Es una clara señal de que lo reconocemos como nuestro Señor.

Nuestra adhesión a Cristo









El Domingo de Ramos es así mismo una síntesis de nuestra vida cristiana; por lo tanto, “tengamos los mismos sentimientos de Cristo”, caminemos con El hacia la muerte sin miedo, pues la muerte no es el fin de todo. Triunfo y cruz se unen. Morir es nuestro destino, pero morir con Cristo y como Él, por lo demás, es vivir la vida que no termina. Él nos ha dicho: “El que quiera venir en pos de mi niéguese así mismo, tome su cruz y sígame (Mc 8,34). 
 



Jueves Santo

Jesús realiza hoy su Ultima Cena con sus discípulos en la que instituye la Eucaristía y el Sacerdocio. Los cristianos participamos en dos actos litúrgicos muy importantes en ese día: la Misa del Santo Crisma, celebrada ordinariamente por la mañana y la Misa vespertina de la Cena del Señor.

¿Cómo se celebra este día en la Iglesia?

Siguiendo la petición de Jesús “Hagan esto en memoria mía”, se renueva la cena de Nuestro Señor.
Esta Misa contiene el lavatorio de los pies, a algunos  miembros de la comunidad, la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios, que nos habla acerca de la Cena de Nuestro Señor Jesucristo, y el texto evangélico de San Juan, que nos  ofrece la narración del lavatorio de los pies por parte de Jesús a sus discípulos.
Después de la Eucaristía se traslada el Santísimo Sacramento al lugar donde se quedará expuesto para la adoración solemne.

Gestos y símbolos    
El lavatorio de los pies, es un gesto de humildad que realiza el sacerdote, que representa a Jesús. Y de igual manera nos sigue enseñando, como en otros tiempos Jesús, a ser humildes.
La adoración solemne, en la que acompañamos a Jesús, como sus amigos, en esta noche que para Él fue la noche de la traición.

Para reflexionar

Jesús mostro su amor a Dios Padre, compartiendo todo, hasta su persona con nosotros. Él había dicho “Nadie ama tanto como el que da la vida por sus amigos”. Y esto lo selló con su muerte de Cruz.
La Eucaristía es el Pan que nos sostiene en ese caminar. Es el Pan que da la Vida a los necesitados, los débiles y a los pecadores. Por la noche, acompañaremos a Jesús con nuestra oración, que continua su agonía entre tantos hermanos nuestros, enfermos, solos, despreciados, explotados, perseguidos.    





 Viernes Santo





Este día la Iglesia contempla el amor misterioso e inefable de Dios que se revela en la Cruz. “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. La historia de la Pasión según san Juan nos ayuda a contemplar a Jesús que sobre la Cruz revela el rostro del Padre: su amor fiel y misericordioso, su bondad y ternura eternas.

Durante la mañana se celebran los tradicionales Vía 
Crucis en latín o "Camino de la Cruz”.

 También se le llama Estaciones de la Cruz y Vía Dolorosa. Se trata de un camino de oración que busca adentrarnos en la meditación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al Calvario. El camino se representa con una serie de imágenes de la Pasión o  
"Estaciones" correspondientes a incidentes particulares que Jesús sufrió por nuestra salvación.
En la celebración de la Pasión del Señor predomina la Cruz como signo de dolor, de humillación, de amor, de victoria y de salvación. El sacrificio de Cristo constituye un triunfo sobre el pecado y la muerte.

Gestos y símbolos


La exposición de la Cruz, destapándose
paulatinamente, como el instrumento de salvación para toda la humanidad.
El beso de la Cruz de Cristo, signo de adoración y de arrepentimiento.
En la victoria de Cristo esta la fuerza para llevar nuestra propia cruz. 


























Sábado Santo

El sábado santo es un día de oración junto a la tumba esperando la resurrección. Es día de reflexión y silencio. Es la preparación para la celebración de la Vigilia Pascual.


Por la noche se lleva a cabo la celebración de la Vigilia Pascual. Dicha celebración tiene tres partes importantes que terminan con la Liturgia Eucarística:


1. Celebración del fuego nuevo.

2. Liturgia de la Palabra.

3. Liturgia Bautismal. 

Era costumbre, durante los primeros siglos de la Iglesia, bautizar por la noche del Sábado Santo, a los que querían ser cristianos. Ellos se preparaban durante los cuarenta días de Cuaresma y acompañados por sus padrinos, ese día se presentaban para recibir el Bautismo.


También, ese día los que hacían penitencia pública por sus faltas y pecados eran admitidos como miembros de la asamblea.

Actualmente, la Vigilia Pascual conserva ese sentido y nos permite renovar nuestras promesas bautismales y acercarnos a la Iglesia con un espíritu renovado.























Domingo de Resurrección

“Este es el día del triunfo del Señor”. ¡El Señor ha resucitado!
Es el día en que Jesús, vencedor de la muerte y del pecado, se manifestó a los suyos.
Es el día en que Jesús se dio a conocer a sus dos discípulos en el camino de Emaús por medio de la fracción del pan.
Es el día en que Jesús confió el Espíritu Santo a sus apóstoles para la remisión de los pecados, y los envió al mundo para ser sus testigos.
Es el día de los cristianos: nuestra vida es la Pascua.
Revivamos el misterio que vivieron los discípulos de Jesús. Cristo, nuestro cordero pascual, fue inmolado por cada uno de nosotros. “Muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida”. Al participar en la mesa del Resucitado, comulgamos en su vida. El Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos hace de nosotros unos “hombres nuevos”, llamados a “vivir en la esperanza de nuestra resurrección”. Dentro de esta esperanza, “el mundo entero se desborda de alegría”.